jueves, 13 de septiembre de 2012

María (1867)

María, la novela de Jorge Isaacs (1837 - 1895), no sólo es la obra cumbre de la novelística colombiana y latinoamericana del siglo XIX, sino también una de las mejor logradas del romanticismo en lengua española.

El autor

Isaacs escribió y publicó su novela entre 1864 y 1866, tenia entonces entre 27 y 29 años de edad. A partir de ese momento fue famoso; viajó por el Magdalena y la Guajira en expediciones científicas; en política pasó del conservatismo al liberalismo, fue cónsul en Chile entre 1870 y 1873 y protagonizó una efímera revuelta en el Estado de Antioquia en 1880. Ejerció el periodismo y escribió, además de esta novela, cerca de doscientos poemas, tres dramas históricos, algunos trabajos de carácter científico y fragmentos de una novela histórica (Camilo) sobre la gesta emancipadora y la disolución de la Gran Colombia. Pero tuvo poco éxito en la vida política y en sus empresas particulares, y a los 58 años murió en Ibagué de fiebres palúdicas, desengañado, pobre - nunca recibió dinero por sus derechos de autor, a pesar de que durante su vida se imprimieron más de 25 ediciones de su novela en distintos países del continente -, en una casa que le proporcionó su colega escritor Juan de Dios Restrepo (más conocido como Emiro Kastos).
María, que versa sobre la vida paradisiaco en el Valle del Cauca durante la primera mitad del siglo XIX, fue escrita en las orillas selváticas del río Dagua, «en el fondo del aquel negro país de las serpientes» como lo llamara Rafael Maya, cuando Isaacs desempeñaba un cargo menor en la construcción de un camino de Cali a Buenaventura. Para ese entonces, ya el joven Isaacs habla tomado contacto con la clase intelectual en Bogotá y habla leído sus poemas con cierto éxito en la tertulia E lMosaico, ante figuras como Eugenio Díaz, Vergara y Vergara, Diego Fallon, Próspero Pereira Gamba y Ricardo Silva. Cuando apareció María, su éxito fue inmediato.

La novela 
 

El relato empieza cuando el autor nos relata como a muy temprana edad fue a una escuela en Bogotá, para realizar sus estudios. Su familia lo despide muy amorosamente y al ver por última vez su casa, ve a su prima María. Después de seis años, el protagonista, Efraín regresa a su hogar, en el valle del Cauca, donde se encuentra con su prima huérfana, María, ya adolescente. En la cena, en el día en que llegó, de su viaje a Bogotá, ve a toda su familia, desde este momento Efraín empieza a admirar la belleza de María. Una vez instalado Efraín en su cuarto y al ver todas las flores en el Jardín y en el florero cubría la mesa, exclamó ¡Qué bellas llores!, fue cuando María recordaba cuánto le agradaban las llores.
Después de unos días los jóvenes empiezan a manifestar su amor y encanto. Efraín va conociendo las actividades de su casa en donde la madre de Efraín, le manifiesta que quería que les diese algunas clases de gramatica y geografia en donde darían principio a las lecciones pasados seis u ocho días.
Pasados tres días, van a la hacienda (Efraín y su padre), en donde Efraín ve que su padre había mejorado en sus negocios, ahí también, acudieron a una boda de unos esclavos, en la que pudieron observar la felicidad de la pareja. En la hacienda le comunican a Efraín, la noticia, que dentro de cuatro meses se iría a concluir sus estudios de medicina a Europa. A su regreso de la hacienda, el padre de Efraín nos narra como llegó María a su casa.
En su último viaje a las Antillas, Salomón, primo suyo, acababa de perder a Sara, su esposa. La esposa de Salomón, le había dejado una niña que tenía tres años. El padre de Efraín lo encontró desfigurado moral y físicamente por el dolor, e insistió a Salomón que le diera a su hija, a fin de que la educara al lado de sus hijos y se atrevió a decirle que la haría cristiana, pues era judía y que le cambiaría el nombre de Ester a el de María.
Al amanecer Efraín fue a la casa de un amigo montañés, llamado José y ahí conoce a la familia de José, en donde lo tratan como sí fuera de la familia. José se quedó admirado de los conocimientos teóricos de Efraín, sobre las siembras. Volvieron a la casa de José, para que Efraín se despidiera de las muchachas, en donde ellas le manifiestan su agradecimiento de aquellos presentes regalándole un ramo de azucenas silvestres. Apenas llegó Efraín a su casa, se dirigió al costurero de su madre, en donde María se fijó en el ramo de azucenas que traía Efraín. Cuando entró a su cuarto, Efraín no vio los azahares y las violetas de María, fue cuando Efraín piensa que María no lo ama, entonces Efraín se despide de la ilusión querida, arrojando el ramo de azucenas por la ventana. En la cena, Efraín quedó sorprendido pues vio una de las azucenas en la cabeza de María, el padre de Efraín le declaró que las azucenas eran muy bellas al preguntarle que de donde las había conseguido, ella le respondió que Efraín las arrancó del huerto y que le parecía, siendo tan bonitas y extrañas, una lástima que se desperdiciaran. Posteriormente Efraín y María platican, y ahí es en donde se aclara el enojo de Efraín el cual le confiesa su amor a María y entonces promete todos los días cambiar las flores de su cuarto.

A la mañana siguiente, dieron inicio a los estudios de gramatica y geografia, en donde Efraín empieza a impartirles clases notando la inteligencia de María. Narra como le había conmovido el poema de Atala, el cual terminaba con un final trágico.
Pasan horas de encanto en la familia Pero María sufre una enfermedad hereditaria, la epilepsia. En la tarde del día siguiente, ya estando bien María, ella le agradece lo que Enfrían hizo aquella madrugada. Sabiendo ella de lo que había muerto su madre, y él la consoló. Después de la cena, Efraín tuvo una platica con su padre y madre, en donde le dijeron que habían notado el amor que le tenía a María, y le dice que no le diese muchas emociones a María pues la enfermedad le hacia mal, y también que Carlos un amigo suyo, pedía la mano de María por lo que se le hacía más difícil expresar su amor y cumplir su promesa. Diez días después de esa conferencia Efraín se alejó por unos días de su casa. Entonces su madre le hizo saber que estaba disgustada por la conducta tomada, y le dijo que la enfermedad de María no era la misma que la de la madre, entonces él prometió corregir su conducta. Después Efraín se disculpa con María.
Al día siguiente nos relata su día de casería en el que Efraín, junto con su grupo logran cazar un tigre que hacía muchos destrozos por esos rumbos, Cuando llegó de casería observó que ya estaban en su casa Carlos y su padre, don Jerónimo. Después de la comida Carlos toco la guitarra, esa noche Efraín durmió con sus hermanos para que le dejase el cuarto a Carlos.
En la mañana siguiente Efraín y su amigo prepararon todo para una cacería de venados. Mientras se preparaban, la madre de Efraín le explica el motivo de la visita de Carlos. En la cacería no les fue muy bien y especialmente a Carlos, pues falló un tiro muy fácil porque no estaba cargada la escopeta, debido a que Braulio (sobrino de José) no lo había cargado en venganza a la burla que Carlos hizo a los perros de José.
En la tarde fueron al río, ahí es donde María le responde a Carlos su propuesta de matrimonio, informándole sobre esta al padre de Efraín. Después tienen una plática Efraín y Carlos, donde le confiesa toda la situación entre él y María. Al día siguiente se va Carlos de la casa de Efraín.
En los siguientes días tuvieron mucho trabajo Efraín y su padre, debido a la visita de Carlos. María guardó los cabellos de Efraín en su guardapelo, junto con los cabellos de su madre.
Después Efraín tuvo que ir a la hacienda, junto con su padre, para arreglar uno asuntos. Cuando estaban trabajando su padre y él, llegó el correo, en donde le comunicaban la noticia sobre un mal negocio. Al regreso, su padre le dijo que no le comunicará nada a su mamá. Al día siguiente tuvieron una boda, Braulio y Tránsito (hija de José), en la que María y José eran los padrinos. Durante el viaje, Efraín le contó a María lo que pasó en la hacienda y le dijo que le pediría a su padre que lo ayudara en sus negocios, para así retardar su viaje a Europa. Cuando llegaron de aquella boda, se encontraron con que al padre de Efraín le había dado una fiebre cerebral, por el disgusto y la preocupación del negocio que le había salido mal. Pero gracias a que María, Emma y Efraín lo cuidaron salió de esa enfermedad.
Cuando ya estaba aliviado el padre de Efraín, llegó una carta del señor A... (Era quien lo llevaría a Europa), que le decía que partirían el 30 de enero. Efraín le hizo entonces la propuesta que había pensado antes, pero su padre no la acepto diciéndole que su viaje no le afectaría en nada en su economia. Ese mismo día platicaron con María, ahí el padre de Efraín le comunica que si ella está dispuesta a casarse con Efraín, ella responde que sí, pero bajo la condición de que Efraín se fuera feliz a su viaje y terminando una vez sus estudios Efraín y María contraerían matrimonio.
Pasados unos días, en la tarde María le enseña un rosal nuevo y le dice que florecerá si él no le olvida y que no brotará ninguna flor si le olvida. Después le enseña una matita de azucenas cerca del cuarto de Efraín, donde él había arrojado las azucenas, y le dice que en cada carta que escriba ella depositará un pedazo de una azucena para representarle aquello que no le podía decir con palabras.
Habiendo pasado dos semanas recibió la primera carta de María, en la que le cuanta toda la situación de su casa. Pasado un año, Efraín recibía dos cartas por mes de María, fue hasta entonces que recibió la visita del señor A... y este le entrega un paquete de cartas donde está la trágica noticia de que María estaba agonizando y que debía regresar para que María se repusiera. Dos horas después parte para Londres.
Durante la ausencia la enfermedad sigue se curso. María empeora y llama a Efraín, que llega tarde, después de la muerte de su amada. Al llegar, recordó todos los momentos que había pasado con ella y recogió las cartas de María en un cofre, también las trenzas en un delantal azul, el anillo y el guardapelo que le había indicado a Emma se los entregará. Después fue a la tumba junto con Braulio y le dio su último adiós. Cuando ya se iba de la tumba apareció un ave negra que anteriormente ya se había presentado cuando le dio un ataque de epilepsia. Era el ave que se había llevado su alma.

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